Una mujer desnuda de Lola Beccaria

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¿Cuál es el precio del afecto y en qué moneda hay que pagarlo? ¿Qué pesa más, una caricia o el haber tenido que vaciarnos para conseguirla? A la larga, es inevitable descubrir que algunas monedas pesan mucho más de lo que nos han dado a cambio de ellas. Perder en el cambio y acostumbrarse a esa pérdida es la lección que Martina Iranco, la protagonista de esta novela, aprende desde la infancia.
Con las reglas del juego cosidas al forro del uniforme y la inocencia trastabillada, Martina se irá construyendo un decorado impecable mientras ocultamente satisface su necesidad de prodigarse en besos y caricias(...)
Una mujer desnuda habla de nuestra urgencia vital por conseguir el afecto, una novela valiente, que pone al descubierto las fibras comunes de lo que debería ser una legítima necesidad y muestra los inútiles prejuicios con que la hemos ido deformando

 @Anagrama
La autora
Doctora en Filología Hispánica y lingüista en la Real Academia Española desde finales de los 80, Lola Beccaria compagina su labor investigadora con la escritura narrativa. Finalista del Premio Nadal de 2001 y ganadora del Premio Azorín de 2009, se erige como una de las figuras femeninas más contundentes del panorama literario español. Sus novelas rastrean una profunda necesidad de alejar los fantasmas sociales que impiden un pleno desarrollo de la mujer en todos los campos vitales. Una búsqueda arriesgada que solo puede ser un canto a la libertad y a la liberación real de la mujer.




@Pliegosuelo.es

Comentarios

  1. Ángel Rodríguez Cardeña10 de marzo de 2012, 12:46

    Libro polémico donde los haya, no por sus cualidades o valores literarios, sino por la temática tratada y el lenguaje utilizado. Hay quien ve en él un canto a la libertad de expresión, una defensa de ciertas formas de feminismo porque antepone la masturbación a la penetración y mil sutilezas más después de leer y releer e interpretar y reinterpretar. Yo en las novelas busco las cualidades literarias, independientemente del tema pues creo que ya todo está escrito. Un novelista debe saber crear un mundo en el que todo se explica, un mundo particular en el que se mueven los personajes y en el que poco a poco todo va cobrando sentido, especialmente los mecanismos de actuación y la acción misma de todos los protagonistas. En esta novela la autora tiene que explicar al principio y al final porqué su personaje actúa así, y no queda nada claro el porqué otros personajes actúan tal como lo hacen. Creo que esa explicación es necesaria porque la autora no ha sabido crear ese mundo particular y coherente de toda buena novela en el que todo se va comprendiendo sin necesidad de decirlo explícitamente. Es el gran fallo de esta polémica novela.
    Ángel Rodríguez Cardeña

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