El cuarto de atrás de Carmen Martín Gaite

 
Durante una noche de insomnio, la escritora recibe la visita de un desconocido interlocutor cuya identidad permanecerá oculta en todo momento... Los recuerdos de infancia y juventud en Salamanca se irán mezclando con sus reflexiones sobre los sueños, el amor, la escritura o la memoria.
@Siruela
«El cuarto de atrás es un ensayo sobre el oficio de escribir, un libro de memorias y una novela fantástica. Pero, por encima de todo ello, es una larga conversación. Todos los libros de Carmen Martín Gaite son una conversación, pues para ella escribir nunca fue distinto a hablar. Hablar con alguien ausente, puede que desconocido, pero, en definitiva, una conversación en toda regla.» Gustavo Martín Garzo 
@Siruela
La autora

Recibió formación a base de profesores particulares y más tarde se licenció en Filología Románica en la Universidad de Salamanca. Durante sus estudios había recibido una beca para la Universidad de Coimbra, que le permitió conocer Portugal, y una vez finalizados, recibió otra para visitar Cannes, fijando residencia en Madrid tras su vuelta. En Madrid, contactó con los círculos literarios de la ciudad, colaboró en varias revistas y conoció a Rafael Sánchez Ferlosio, que después sería su esposo. Publicó su primera novela en 1955 que ya resultó premiada, continuando desde entonces una carrera de éxito de crítica y público. En 1970, se doctoró en la Universidad de Madrid. Ejerció como traductora, guionista de televisión y crítica literaria en Diario 16. Entre otros premios, recibió el Nadal en 1957, el Nacional de Literatura en la modalidad de narrativa en 1978, el Príncipe de Asturias de las Letras en 1988 y el Nacional de las Letras Españolas en 1994.
@lecturalia.com

Comentarios

  1. Ángel Rodríguez Cardeña10 de marzo de 2012, 12:50

    Es un hermoso libro de recuerdos y de recuerdos tal como nos vienen, sin orden, saltando en el tiempo y en la temática. Hay recuerdos escritos con un lenguaje bellísimo. Pero todas estas pequeñas joyas literarias están sueltas, les falta un hilo que las engarce para llegar a formar una joya de más categoría. Creo que el hilo que puede unir todos esos maravillosos recuerdos es la emotividad, pero que no tiene porqué ser única sino que puede haber nostalgia en unos recuerdos, ternura en otros, o cariño en los referidos a otros aspectos. He vuelto a ojear libros de recuerdos de Juan Ramón Jiménez y de Camilo José Cela, dos estilos muy distintos. Y en ambos, lo que da unidad a sus escritos son los sentimientos. Cuando hablan de su familia hay cariño; al hablar de sus amigos nostalgia y ternura; al hablar de su juventud alegría; etc., etc. Creo que este libro, que tiene un lenguaje magnífico, es frío. Le falta emotividad.

    Ángel Rodríguez Cardeña

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  2. El 8 de diciembre del 2000, Carmen Martín Gaite debía de haber cumplido setenta y cinco años. Como homenaje se colocó una estatua frente a la casa donde se crió, en la salmantina Plaza de los Bandos (p. 60, El cuarto de atrás).
    Se emplean dos materiales, para la realización de este monumento, bronce y granito. El bronce se uso para crear un gran busto de la escritora que sujeta un gran libro abierto hecho en granito. La obra realizada por la artista Narcisa Vicente, recoge la personalidad de Carmen Martín Gaite, siempre con su boina y su melena cana, abrazando un libro. En la base de la escritura figuran unas letras de la escritora…”Mi madre dice desde el mirador de la casa varada, apaciguante : Quédate aquí, no crezcas que es peor..”

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  3. He leído con emoción el libro. He de confesar que me falta objetividad, que para mí Carmen Martín Gaite es un personaje querido y cercano, con su blanca melena siempre cubierta por esa boina tan bohemia. Ha sido un placer pasar quince días en compañía de mi paisana.

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